No hay ninguna duda que el pavo es uno de los protagonistas de estas fiestas. Hasta tal punto, que la mayoría, a buen seguro, cuando oímos hablar de comida navideña nos imaginamos un pavo. ¿O no?
Antes de preparar el pavo de Navidad, y aunque te lo comento dentro de la receta, quiero remarcar que, si no se cocina bien, puede ser una carne demasiado seca. Para que quede jugoso son dos las reglas de oro: untarlo bien con aceite antes de ponerlo en el horno y rociarlo de vez en cuando durante la cocción con su propio jugo. Cuantas más veces, mejor. Sólo es cuestión de un poco de paciencia.
Ingredientes: 1 pavo, una docena de ciruelas sin hueso, 2 manzanas, tomillo, romero, un vaso de vino de jerez, 3 dientes de ajo, pimienta negra, aceite de oliva y sal.
Pon las ciruelas en remojo por lo menos una hora antes de empezar a cocinar.
Limpia el pavo y échale sal y pimienta negra, echándoselas también en el interior.
Pela las manzanas y córtalas a cuartos, sin el corazón. Rellena el pavo con los trozos de manzana, las ciruelas, el tomillo y el romero. Cierra el pavo, cosiéndolo o con un palillo. Con un poquito de hilo, átale las patas. Es sólo para que no se abran al cocer, ya que no quedaría tan presentable.
Machaca los ajos en un mortero, añadiéndole el vaso de vino de jerez, medio vaso de agua y medio vaso de aceite de oliva. Remueve bien, para que quede homogéneo, y echa un poquito de sal.
Unta el pavo con aceite y colócalo en una fuente que pueda ir al horno. Viértele por encima la mezcla que has hecho en el mortero.
Precalienta el horno durante 10 minutos a 200º y, pasado este tiempo, pon la bandeja dentro y deja que se vaya horneando durante unas 2 horas o 2 horas y media (para un pavo pequeño, de unos 3 kilos). Esto lo tendrás que ir controlando, ya que varía según el horno y según el tamaño del pavo. Cuanto más grande, lógicamente, más rato. Mi consejo es que lo empieces a cocinar con tiempo.
Durante la cocción deberás dar la vuelta al pavo por lo menos una vez, para conseguir que quede crujiente. También deberás de vez en cuando irlo rociando con el jugo de la bandeja. Hazlo a menudo, para evitar que quede seco.
Sírvelo en una bandeja con alguna guarnición alrededor y poniendo el jugo en una salsera.
En estas fiestas suele sobrar mucha comida. Si te queda pavo, úsalo para hacer unas exquisitas croquetas.