Llega un momento en la etapa del desarrollo de los niños que requieren de alguien que les aguante el ritmo, juegue con ellos, acompañe, de cariño y a su vez enseñe a ser responsables, para esta tarea nadie más recomendable que un perro como mascota. En ocasiones los padres se ven tan inmersos en sus tareas cotidianas que no pueden estar el tiempo requerido jugando con sus hijos; otro hecho es que las familias modernas se componen por lo regular de hijos con diferencia de edades muy marcadas, para estos casos, una mascota es un elemento ideal que no sólo acompañará a el pequeño o pequeña en su infancia sino además le dará un sentido especial de la compañía y convivencia. Además dará muchos momentos de satisfacción a los adultos.
A partir de los 3 años aproximadamente, es buena idea comenzar a buscar un compañero canino, esto puede ser antes o después sin ningún inconveniente, simplemente tomando en cuenta la etapa en que se encuentre el pequeño y con esto el resultado de dicha convivencia. Igualmente, pasados los tres años, cuando los pequeños comienzan a ser independientes y necesitar de más juego y desarrollo de actividades, es cuando dependiendo de las posibilidades se puede optar por un cachorro, sobre todo si el pequeño no tiene hermanos con quién compartir su tiempo cuando sus padres no pueden atenderlo
Una vez que se considera este hecho, lo ideal es concientizar muy bien la elección de un perro considerando varios aspectos. Si se tiene la economía para atenderle, sin que esto afecte al perro o al hogar en general, si se tiene el espacio suficiente para el sano desarrollo del animal, si se cuenta con el tiempo y paciencia para atender y educar a los niños, sumándose otro ser con necesidades, si se requiere un perro de tamaño grande, mediano o pequeño, etc.
Aunque muchas razas son llamativas y tienen sus propios rasgos característicos, no todas toleran a los niños, algunos perros son agresivos por naturaleza, nada recomendables para niños cerca; otros son de origen más calmo, e incluso muy pequeños y mimados, los cuales suelen requerir mucha más atención.
Antes de elegir a un perro hay que conocer muy bien su procedencia, estado de salud y claro está la raza. El compañero ideal debe ser tolerante, con un estado emocional muy equilibrado, instinto de protección, así como enérgico para aguantar el ritmo de juego de un niño pequeño. Para esta tarea nada más recomendado que los perros Golden retriever o labradores, que son los perros niñera por excelencia, debido a su docilidad y nobleza que los convierte en peluches reales.
Sea cual sea la elección se debe haber contemplado todos los puntos mencionados, y se debe saber que nunca hay que dejar al animal sólo con el niño sin supervisión, además es de suma importancia enseñarle al pequeño como actuar en presencia del animal, como tratarlo y cuidarlo adecuadamente.