A las mujeres les gusta mucho trabajar y sentir esa independencia y capacidad para lograr sus metas, pero hay algunas que se exceden en esto y creen que trabajar es lo único que hay en sus vidas, dejando de lado personas importantes, eventos significativos y hasta su propio bienestar y salud. Muchas chicas lo niegan, pero no notan que en medio del desempeño de sus labores, empiezan a caer en la dependencia de sus puestos de trabajo o tareas y empiezan a dejar de lado el resto de las cosas que componen su vida, como su familia, su pareja, sus amigos, planes de diversión o descanso, reuniones familiares o simplemente unas cuantas horas a descansar y dormir como se debe. Es tanta su obsesión, que no le importa si empieza a desmejorar su salud, con tal de poder rendir como es y obtener el pago que merece. Hay algunas señales que pueden hacer que una chica detecte si está cayendo en esta adicción laboral y buscar ayuda por medio de un familiar, de un amigo o hasta de un profesional dependiendo de la gravedad del caso:
– Lo primero que para es que nunca hay disposición para nada mas que no sea el trabajo, siempre hay tiempo para cumplir citas, para madrugar, para ir a la hora que sea no importa si es de noche y se esta compartiendo con el novio o los hijos, siempre tendrá más importancia, cumplir con el trabajo.
– Siempre están llenas de listas, cronogramas, tablas y todo tipo de recordatorios que les permita saber con qué tiempo cuentan, cual es destinado para sus labores y son muy estrictas para no perder ni un solo segundo porque desacomoda su agenda diaria o semanal.
– El descanso no existe en su vocabulario, porque ni si quiera se toma cinco minutos de receso en su oficina y en la hora de almuerzo, prefiere destinar media hora a comer y la otra media para regresar a sus labores. Frecuentemente sufren de insomnio, así que ocupan su mente en el trabajo.
– El ocio y la diversión tampoco tienen cabida, porque un paseo significa perder mucho tiempo, una salida es desperdiciar valiosos minutos que podría gastar adelantando trabajo y enviando miles de correos, y solo ver una película en cine o salir a tomar el sol un domingo, en realidad le da pereza. Se puede sentir más feliz en frente de un computador o de miles de hojas que debe diligenciar.
– Para estas chicas, a verdad no hay alguna manera de mejorar, porque creen que no pasa nada, que no sufren de nada y que su trabajo no tiene por qué molestar a los demás. Así que en un principio es complejo que acepten su “enfermedad” y por ende, que reciban ayuda. Si llegasen a quedar sin trabajo, sería lo peor que les podría pasar y las vacaciones son tan tortuosas, que piden adelanto de tiempo, para reintegrarse a su oficio.
– Si por casualidad saliera a pasear un día con su familia o por exagerado, dos o tres días a un viaje, en realidad no se desconecta de su mundo laboral, porque siempre tiene al lado celulares, tablets, portátiles, cuadernos y demás y es más bien poca la interacción que tiene con los demás, por estar pendiente de su trabajo, así sea a distancia.