¿Estás perdiendo estatura con la edad?

Si empiezas a descubrir que estás perdiendo centímetros de estatura según vas cumpliendo años, puede que la causa sean las microfracturas que suceden en los huesos vertebrales y que la en la mayoría de las ocasiones sueles pasar inadvertidas, debiéndose éstas a una descalcificación de los huesos. Aprende como tratarlas y prevenirlas para evitar futuras lesiones que pueden incluso generar incapacidad. ¿Estás perdiendo estatura con la edad?

Nuevas costumbres para reducir los riesgos

El deterioro de nuestros huesos vertebrales es muy normal que pase inadvertido, ya que por norma general no produce síntomas y ocurre de una manera muy lenta y cuando suelen aparecer los primeros síntomas se achacan a la edad, a un mal movimiento o a una caída, cuando en realidad lo que ocurre es que los huesos, con el paso de los años, se van volviendo frágiles y quebradizos al ir perdiendo masa ósea.

La osteoporosis, enfermedad que consiste en una disminución y una menor resistencia de la masa ósea, y que afecta sobre todo a mujeres de edad avanzada, es la principal causa de este tipo de problema. Con la menopausia se detiene la producción de estrógenos que son las hormonas encargadas de proteger la pérdida de diversos minerales en nuestros huesos. Por eso los hombres tienen un riesgo cuatro veces menor de sufrir este deterioro de los huesos.

Como cualquier tejido, nuestros huesos se van regenerando durante toda la vida, ya que son una fuente de los minerales que intervienen en distintos procesos así como el soporte de todo nuestro cuerpo. Cuando el calcio del sistema óseo se va perdiendo, por causa de la osteoporosis, no se restituye adecuadamente, por lo que los huesos se van debilitando y aumenta el riesgo de sufrir un mayor número de lesiones.

La repetición de las microfracturas de la vértebra origina una pérdida de la estatura así como una deformidad en la espalda característica, apareciendo una joroba que puede ser más o menos notable.

Para reducir estos riesgos es necesario adoptar una serie de nuevas costumbres y cuanto antes mejor. Por ejemplo, es aconsejable mantener una dieta lo más equilibrada posible en la que se consuma habitualmente calcio y vitamina D, por lo que la ingestión de la leche y de todos sus derivados como pueden ser os yogures, el queso o la nata, puede ayudarnos a prevenir la osteoporosis.

La práctica de deporte y el movimiento también mejora la fortaleza de nuestros huesos a la par que disminuye la degeneración de los músculos, por lo que se recomienda efectuar sencillas actividades como el caminar, nadar o bailar.

Una exposición al sol durante unos treinta minutos al día, también nos ayudará a que en nuestra piel se genere la cantidad necesaria de vitamina D que necesitamos para permitir la correcta absorción del calcio.

Tratamiento

Aparte de estas medidas también es indispensable la visita a un doctor para que realice los estudios necesarios y efectúe el diagnóstico más correcto. Así podrá aconsejarnos las actividades físicas más convenientes para ser realizadas y realizar la dieta más adecuada a cada caso, e incluso si es necesario, recetar medicamentos.

En ocasiones muy extremas también puede resultar necesario inmovilizar toda la zona con el uso de un corsé, aunque sólo durante los períodos en los que el dolor sea exagerado. Después es seguro que se recomendarán ejercicios para aumentar la resistencia muscular, durante un período mínimo de seis semanas.