¿Sería perfecto no?
Pero…¡No! Si bien no está mal dejar volar la imaginación, esto no es posible mujer, así que baja a Tierra.
Si bien ya has pasado por varias dudas, ya has comprobado que juntos forman una pareja con todas las letras, una pareja hecha y derecha. Sólida, firme y prevalece en el tiempo, como ninguna.
Pero no todo es de color rosa, ya que aunque juntos forman una pareja feliz, sabes perfectamente que él aún no ha podido abandonar esas costumbres de hombre solitario. Veamos algunos hábitos de soltero que
Sale de fiesta con sus compañeros de oficina. Y no está mal, pero el problemita aquí es que ni siquiera se preocupa por lo que tu harás por la noche. Pero debes recordar que para él, lo mejor de estar soltero es que su tiempo es suyo, y hasta podría ir sin dormir a la oficina. ¿Consejito? Recuérdale (por la fuerza) que tiene “obligaciones”, así como tú las tienes.
Su segundo hogar es siempre al lado de sus amigos. Todos lo hombres temen a perder las cosas que más disfrutan, como lo sería despertarse a las seis de la mañana en el sillón de un amigo junto con la cena y el sonido del canal de deportes. Pero aquí la solución es hacerte notar entre sus amistades, como podría ser yéndolo a buscar un día al trabajo. Sutilmente podrías integrarte al grupo de salidas, muuuuuy de vez en cuando, claro. Eso te servirá hará eliminar las dudas que tienes sobre ellos, y además, él asumirá frente a ellos que está en pareja.
El fin de semana hagamos…NADA Los sábados y los domingos, los solteros sólo salen para jugar un picadito de fútbol. Pero no creas que los comprometidos son diferentes, ya que ellos temen perder sus amistades, y sus diversiones. Entonces, cual sería la fórmula para no aburrirse, dos palabras: incentivo sexual. Proponle un fin de semana hot fuera de la ciudad y lejos de las aglomeraciones.
¿Cocina? Nooo…mejor ¡Delivery! No, no y ¡No! Es peligroso generalizar pero si tu amorcito pertenece a la Edad de Piedra y sostiene que en la cocina sólo ingresan damas, estas en peligro. Debes tomarlo con calma y actuar inteligentemente, como por ejemplo, invítalo a cocinar juntos, o qué mejor pídele ayuda.