No hay mujer en el planeta que no sepa lo que es una dieta, y pocas son las que no han hecho una en algún momento de sus vidas.
Hay una infinita variedad de planes de alimentación, cada uno con sus pautas e ingredientes, pero en esta nota no vamos a hablar sobre ninguno de ellos en particular, sino que vamos a hablar de todos.
Hay ciertos Seguramente, ninguno de estos tips te resulten completamente nuevos, pero es bueno recordarlos a la hora de empezar una dieta, para asegurar el éxito a lo largo del plan de alimentación que te dispongas a seguir. Hábitos prohibidos:
- Vivir siempre a dieta estricta, pues sólo te llevará al fracaso de la dieta y a atracarte con la comida.
- Hablar y pensar constantemente en comidas. Lo único que ganaremos con esto es sentir ganas de comer.
- Picotear o comer de parada, distraída, leyendo o apurada, pues resulta importante registrar la cantidad y calidad de lo que se come para ser conscientes luego del efecto de saciedad.
- Saltearse comidas. Sean 4, 6 o 3, el secreto de las buenas dietas es respetar el plan de comidas a rajatabla.
- Comer una sola vez al día. Lo único que hace es trabar el funcionamiento de nuestro metabolismo.
- Quedarse en la sobremesa con restos de postres o frutas cerca. Lo ideal es, al terminar la comida, levantarse de la mesa y lavarse los dientes. Hecho esto, sí se puede hacer una sobremesa.
- Comprar alimentos de más. Una vez que están en la alacena o refrigerador, pasan a formar parte las comidas, por eso es importante limitarse a comprar solo lo necesario.
- Premiarse con una golosina alta en calorías. Hasta 150 kcal es admisible, pero a no hacerlo costumbre para todos los días.
- Proponerse dietas imposibles. La magia no existe a la hora de bajar de peso, por eso, el éxito es seguro en los planes balanceados, que incluyen alimentos variados y cuyo descenso es paulatino. Por el contrario, aquellas dietas que prometen perder 10 kilos en 14 días, no solo son imposibles (de seguir y de alcanzar dicha meta) sino que también resultan peligrosas para la salud.
Costumbres obligadas:
- Nunca olvidar o saltear el desayuno. El desayuno es la comida más importante del día, pues nos saca del período más largo de ayuno que hacemos (como su nombre bien lo indica). No olvidarlo es imprescindible para no llegar con hambre a media mañana.
- Para que la dieta realmente funcione, es fundamental realizar algún tipo de actividad física. Un buen tip es incorporar la actividad desde lo cotidiano, es decir, subir las escaleras en vez de usar el ascensor, bajarse antes del colectivo y caminar unas cuadras, etc…
- Tomar agua. 2 litros diarios. Es importante no llegar a sentir sed. Lo ideal es tomar antes, durante y después de cada comida. Lógicamente también durante el resto del día.
- Aprender a cocinar utilizando pocas grasas. La mayoría de las comidas puede prepararse ahorrando calorías que resultan innecesarias durante su cocción. Para contrarrestar, es importante aprender a utilizar los condimentos para recuperar el sabor que se pierde en las cocciones bajas en calorías.
- Un buen truco para quitar el hambre es agregar una cucharada de fibras (salado o avena de trigo) en una taza de caldo Light.
- Negociar las tentaciones. Cambiar un chocolate o una comida por parte de las calorías del día. Por ejemplo, si tenemos una fiesta durante la noche, comer una ensalada o una sopa durante el mediodía; o en lugar de una merienda con tostadas, comer un alfajor reducido en calorías. El secreto es compensar.
- Una buena forma de mantener el peso después de la dieta es realizar diariamente una comida con carnes y otra con pastas o cereales, ambos acompañados por verduras.
- Paciencia y perseverancia a lo largo de todo el plan alimenticio son fundamentales para sobrellevarlo con ganas.
- Respetar la lista del supermercado.