Se trata de una receta originario de la comunidad castellano-manchega, y, como la mayoría de platos tradicionales, su origen está en las clases humildes, en los campesinos de aquellas tierras que lo preparaban con los productos propios de la época en el momento dado. Ingredientes para 4 personas: 4 huevos, 1 pimiento verde, 1 pimiento rojo, 1 tomate, 1 cebolla, 3 dientes de ajo, 3 berenjenas, 3 calabacines, pimienta negra, aceite de oliva y sal.
Después de lavar bien toda la verdura, pelando la cebolla y el tomate, pícala bien. De los calabacines y berenjenas, pica sólo uno de cada y guarda el resto.
En una cazuela puesta al fuego con aceite de oliva echa la cebolla y los pimientos, y, antes de que la cebolla tome color, añade los dientes de ajo, el calabacín y la berenjena. Pasados unos 10 minutos, echa el tomate, también troceado, añadiendo sal y una pizca de pimienta negra. Pon el fuego suave y deja cocer hasta que veas que está ya todo rehogado, unos 20 minutos más o menos. Aparta entonces la cazuela del fuego.
Ahora coge las 2 berenjenas y los 2 calabacines que no has usado y córtalos a lo largo. Sálalos y ásalos en la plancha.
Prepara 4 cazuelas pequeñas de barro y reparte en ellas el pisto.
Fríe los huevos y pon uno en cada cazuelita, encima del pisto.
Sirve el plato bien caliente, acompañándolo de medio calabacín y media berenjena a la plancha.