Aunque muchas personas no den a los juguetes la importancia que merecen, pensando que sólo sirven para que el niño se entretenga, son un elemento de vital importancia en el desarrollo del pequeño.
Aunque muchas personas no den a los juguetes la importancia que merecen, pensando que sólo sirven para que el niño se entretenga, son un elemento de vital importancia en el desarrollo del pequeño.
El desarrollo neurológico que experimenta el niño cuando cumple el primer año de vida, no lo va a tener en ninguna otra etapa de la misma. Es el momento en que quiere descubrir todo aquello que le rodea y en el que todo despierta su curiosidad. Los juguetes van a ayudarle en su descubrimiento del mundo, por tanto hemos de procurar que sean adaptados a su edad y beneficiosos para su desarrollo.
Al bebé de un año ya le ha pasado el tiempo de los juguetes que sirven para mirar y escuchar, y ahora lo que desea el niño son juguetes con los que pueda interactuar, gustándoles de manera especial aquéllos que les hacen andar y correr, actividad aún muy novedosa para él.
Por ello, uno de los juguetes más adecuados son los arrastres, o los correpasillos de cuatro ruedas, en los que puede ir sentado y darse impulso él mismo. También las pelotas les encantan, procurando nosotros en este caso que sean de plástico grandes, o de tela.
Muy adecuados son también los juegos de construcciones, con piezas grandes y de colores, cubos para amontonar, o piezas que el niño deba encajar.
Los rompecabezas son adecuados para todas las edades. Para los niños de esta edad han de ser de los de cubos, con 3 ó 4 piezas bien vistosas. Asimismo, algunos instrumentos musicales que hagan ruido pueden ser también muy aptos, como una trompeta o un xilófono. También es muy idóneo el típico cubo con pala, ideal para la playa y el parque.
Hacer figuras con plastilina es una buena actividad para los niños de esta edad, aunque en este caso, al ser tan pequeños, debemos estar supervisándola nosotros, al igual que cualquier otra manualidad.