Una de las principales diferencias existentes entre hombres y animales, es la cualidad que los primeros poseen para razonar.
El método de introspección en el ser humano es de suma importancia para el crecimiento del mismo que por naturaleza es un ser, se supone, racional.
La capacidad de autocrítica y reconocimiento de su propia identidad le asigna una valoración.
La AUTOESTIMA no es más que el resultado que se obtiene de dicho ejercicio.
Quien mira con desprecio sus cualidades mas notorias y es un fácil objeto de influencia para el entorno que lo rodea, seguramente no es amable consigo mismo, vive a la defensiva, culpa a terceros por sus errores y falencias y siente, además, una interminable y continua impotencia. Es factible que este tipo de personas carezcan en cierto modo de una autoestima que los pueda sacar adelante en su vida por sí solos. La autoestima de una persona se relaciona directamente con las circunstancias vitales del presente del mismo. El interrogante en este caso sería ¿Son las circunstancias que me rodean lo que provoca mi baja autoestima? ¿O mi baja autoestima es la que genera que las circunstancias que me rodean sean paupérrimas? Si uno no posee, o no adquiere, la autoestima en alto o la capacidad para levantarla, este interrogante se transforma en un círculo vicioso del que no va a poder salir jamás.
¿En qué se diferencian las personas de alta autoestima de aquellas otras que no son tan fuertes? Una persona de alta autoestima atribuye su éxito a factores internos como por ejemplo su capacidad y esfuerzo para hacer las cosas o la inteligencia que posee para llevar a cabo sus labores. En el caso de los fracasos, tienen en cuenta que el problema principal fue la falta de empeño que pusieron en determinado tema, y eso fue lo que los llevo a fracasar. En una persona de baja autoestima, se puede notar que la atribución a sus logros se deposita en factores externos como la suerte, y sus fracasos son fruto de factores internos como, por ejemplo, la baja capacidad que poseen para hacer las cosas.
La Psicología evolutiva explica que la autoestima se conforma desde el momento de la concepción. Los puntos a tener en cuenta consisten en averiguar si el hijo fue deseado o no, y de allí en adelante tocar temas tales como: Contexto vincular “placentero” mutuo entre madres e hijos. Esto tiene que ver con el intercambio de cariño y la atención física y la alimentación que una madre le brinda a su hijo en sus primeros meses de vida. La autoestima del niño se construye a raíz de la percepción que el mismo tiene de los sentimientos corporales agradables que su madre deposita en él (las caricias, el afecto e interés son claros ejemplos de los mismos). Imagen física del niño: La autoestima de los niños esta plena e íntimamente vinculada a su imagen física, donde entran a jugar todas aquellas deformidades y enfermedades que hayan tenido en sus primeros años, y que les hayan dejado secuelas comprometiendo su cuerpo, o parte del mismo. El niño será cruel al momento de auto criticarse ya que, para él, será muy difícil no compararse con los otros niños de su edad. Adquisición de habilidades: A medida que el niño entra en la pubertad y se hace adolescente, los factores que entran en juego son: La capacidad que adquiera para relacionarse con otros, para hacer deportes o para competir dentro del grupo.
¿Cómo repercute la familia en la autoestima de un niño? Todas aquellas privaciones sin sentido resultan nocivas, así como también los castigos infundamentados que se le apliquen sin que el niño sepa la verdadera causa del por qué fue castigado. Los abusos de los padres hacia los niños (autoritaria o sexualmente). El no apoyo de los padres a sus hijos. Cuando los mismos no reconocen las buenas acciones y los logros de los chicos, éstos se sienten abandonados, así como también lo sienten con la falta de cariño. En estos casos es cuando el niño se replantea una y mil veces el por qué de la falta de afecto y la carencia de atención, y llega a la equívoca determinación de que sus mayores actúan así porque él no vale nada. Si el niño es criado en un ambiente hostil y sufre, experimentará a futuro (en algunos casos) el odio o el no amor para con sus padres, situación que le generará a futuro un replanteo de su calidad de persona, es decir, se dirá a si mismo que es una mala persona por no querer a sus padres. ¿Solución? La solución es práctica, para fomentar la autoestima en lugar de socavarla, el mejor remedio es la terapia. Un profesional idóneo sabrá como afrontar el tema analizando las afirmaciones negativas que operan sobre la conducta del ser humano en cuestión y en lugar de las mismas intentará asentar afirmaciones positivas.