Cada una de las comunidades que conforman nuestro país tiene un estilo propio y muy acentuado en cuanto a las decoraciones de las viviendas, estilos tan hermosos algunos que han transcendido más allá de nuestras fronteras. Así, en muchos lugares del mundo se basan, a la hora de decorar, en estilos como pueden ser el ibicenco o el mediterráneo, por citar algunos. Uno de los estilos más atractivos y admirados de los diferentes que se dan en nuestras tierras es el andaluz, con su elegante influencia árabe, en una perfecta combinación de cultura y tradición. ¿Quién no se ha sentido maravillado ante el contraste de una blanca pared de una casa andaluza en un bello contraste con el hierro forjado de sus ventanas y sus vistosas flores? ¿Quién no ha sentido admiración cuando ha tenido ante los ojos un bello patio andaluz, con sus azulejos, sus plantas y sus fuentes, y ante el frescor y belleza que tal conjunto desprende?
Si queremos dar a nuestra casa un toque de dicho estilo, lo primero que tendremos que hacer es pintar las paredes de blanco. En este caso no hay opciones, otro color no sirve. El blanco proporciona además la luminosidad necesaria, tan característica de dicho estilo.
A la hora de escoger el color para los complementos son muy aconsejables los verdes y azules, aunque en detalles como los textiles también se puede elegir algún color vivo como el naranja, que va a combinar muy bien con el resto.
En cuanto al mobiliario, deberemos evitar todo aquello que lleve acero, plástico o materiales similares. La madera, y en un estilo rústico, debe ser la protagonista, y mucho mejor si se trata de muebles que combinan la madera con la forja.
También para los adornos y complementos procuraremos que sean objetos rústicos, artículos e instrumentos propios del campo y del mundo rural, como puede ser un banco de madera, algún antiguo instrumento agrícola, una tinaja, unos faroles o los consabidos platos de cerámica, tan importantes en el estilo en cuestión que podemos considerarlos imprescindibles.
Los azulejos de colores son también imprescindibles. Podemos ponerlos en cualquier estancia, por ejemplo en la mitad inferior de la pared o en cualquier punto que veamos adecuado. Si tenemos la suerte de tener patio, no debemos dejar de colocarlos allí, poniendo incluso una fuente de las que están revestidas tambien con azulejos si nos es posible.
La guinda a la decoración serán las plantas. No nos olvidemos de ellas y pongamos muchas, cuantas más mejor, ya que van a ser el alma del conjunto, lo que le dará vida y frescor.