A pesar de que no suelen gustarme las comidas preparadas, he de admitir que en el mercado se encuentran algunas lasañas que están bastante bien. A pesar de ello, no tienen comparación con la hecha en casa. Aunque es fácil, hay que reconocer que la receta es bastante entretenida, pero vale la pena. Además, da el mismo trabajo hacer un poco que mucha, por lo que cuando la hagas puedes aprovechar para hacer en mayor cantidad y tenerla congelada. Ingredientes para 6 personas: 400 grs. de carne picada (de ternera o mezcla de ternera y cerdo), 2 cajas de placas de lasaña, 1 bote de tomate natural de 800 grs. o 1 kilo, 2 ramas de apio, 2 zanahorias, 1 cebolla, 1 litro de caldo de pollo o de verduras, 1 vaso de vino blanco, 1 litro de leche, mantequilla, harina, aceite de oliva y sal.
Lo primero que haremos es la salsa boloñesa, que es lo que lleva más tiempo, tal como se explica al final de la receta.
Con la leche, la mantequilla, la harina y un poco de sal haremos una bechamel de la manera acostumbrada.
Pon al fuego una olla grande con unas gotas de aceite y sal y, cuando hierva, ve echando las placas de la lasaña de una en una, de tal manera que en ningún momento se detenga la ebullición. Cuécelas el tiempo indicado en el paquete y, a continuación, las enjuagas con agua fría y las colocas encima de un paño que no deje pelusa.
Coge una fuente que pueda ir al horno y cubre el fondo con placas. Cubre dichas placas con salsa boloñesa. Pon otra capa de placas y cúbrela con bechamel. Ve alternando las capas de esta manera, una vez con boloñesa y otra de bechamel, hasta 5 ó 6. La última capa deberá ser de bechamel. Espolvorea con queso rallado por encima y pon a gratinar hasta que esté dorada. Sírvela caliente.
Salsa boloñesa
Corta el apio, la cebolla y las zanahorias bien pequeño, como para hacer juliana.
Pon al fuego una cazuela que sea honda, con aceite de oliva, y echa la carne picada, con un poco de sal. Dale unas vueltas, dejando que se dore un poco. Cuando ya veas que está un poco dorada añade las verduras que has cortado en juliana, remueve bien y deja que vaya cociendo todo durante dos o tres minutos más, con el fuego suave.
Vierte entonces el vino blanco y espera hasta que se haya evaporado, incorporando entonces el tomate natural. Sala, remueve y deja que se vaya sofriendo. Cuando veas el sofrito consistente, añade el caldo, remueve y tapa la cazuela, dejando cocer a fuego suave durante unos 45 minutos.
Pásalo todo por la batidora, teniendo muy en cuenta que la salsa debe quedar espesa. Si consideras que no lo está lo suficiente la vuelves a poner en la cazuela para que cueza un rato más y pierda líquido.