El independizarse de los padres es una sensación que empieza a aparecer después de los 18 años o en algunas chicas antes, pero hay que evaluar que puede ser lo bueno y lo malo para entender si se va a ser capaz o hay que esperar más tiempo. Muchas chicas quieren adquirir su independencia pero hay algunos factores que pueden llegar a generar algo de duda y hasta temor, entonces empiezan a analizar qué es lo que puede ser positivo o que puede llegar a convertirse en toda una tormenta o problema. Además una vez que salgan de su casa, lo último que esperan es volver a sus casas, como si no hubieran logrado nada y esperando que sus papás les digan “te lo dije” o que el recibimiento no sea tan agradable.
Lo bueno:
– El dormir es definitivamente una de las actividades que más se disfruta y entre más tiempo y libertad se tenga para hacerlo mucho mejor. A veces por el trabajo, la universidad o después de haber pasado una larga noche en una fiesta, es necesario descansar un poco más y estando sola no hay que pedir permiso para hacerlo o esperar que papá o mamá se molesten porque son las 10 am y aun su hija no abre los ojos y hace algo productivo.
– Cocinar es una de las partes más molestas, pero afortunadamente existen los domicilios o las galguerías, entonces si se quiere comer se hace, a la hora que se tenga hambre o se dedica tiempo a la cocina si existe la intención de aprender. Probablemente si la madre estuviera, tendría que cumplir horarios de desayuno, almuerzo y cena y las golosinas jamás serian algo de comer como algo principal.
– Cada quien desarrolla su estilo de vivir, de orden, de responsabilidad y allí, en medio de la soledad se pueden dar espacios para lavar la loza más tarde, para tender la cama unos minutos después o para organizar días de limpieza, aseo o lavado de ropa. Lo único que hay que tener en cuenta es que no puede exagerarse la libertad con el libertinaje y en vez de vivir en una casa o apartamento se termine viviendo en un lugar feo, desaseado o mal oliente.
– Salir, entrar, llegar con una amiga para dormir ya es algo normal, los permisos no son necesarios y menos lo regaños si al otro día se llegó tarde o si por pena, se tuvo que decir a un compañero o amiga que se vaya porque en casa de sus padres no se puede quedar
– Las compras son algo que puede hacerse cuando es estrictamente necesario, además que a una persona joven no la apasiona el hecho de ir a hacer mercado para un mes, como funciona con los padres.
– La privacidad es algo importante, es tener sus espacios, su libertad, escuchar la música que le gusta y al volumen que quiere, ver su programa de televisión favorito sin restricción de horario o porque el papá quiere ver otra cosa o incluso durar en internet un buen tiempo sin que los padres la molesten porque no duerme tan temprano como ellos.