Si todavía fumas, entérate de todo el daño que le estas causando a tu cuerpo… antes de que sea tarde. Hace que tu aliento apeste, mancha tus dientes y en las mujeres es una de las principales causas de cáncer de boca, faringe, vejiga, hígado, colon, cuello del útero, páncreas, laringe, esófago y riñón. Por eso es difícil entender por qué el 21% de las chicas entre 18 y 24 -las que empiezan con el vicio aun en pleno auge de las campanas de concientización antitabaco- todavía fuman.
Quizás pienses que eres demasiado joven para que el cigarrillo produzca consecuencias en tu salud y que vas a dejarlo antes de cumplir los 30. Malas noticias para ti: postergar la decisión no va a hacerlo más fácil (más bien, todo lo contrario). Y hay más: tu organismo se empieza a dañar… a partir de los primeros cigarrillos.
Para las mujeres es peor
Nuevos estudios internacionales sugieren que el organismo femenino podría ser menos eficiente que el cuerpo de un hombre para reparar el daño que el cigarrillo le provoca en su ADN. Las mujeres sufren las mismas complicaciones que los hombres: cáncer y enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas. Sin embargo, algunas de estas complicaciones son más severas en las mujeres.
Además, las fumadoras sufren de alteraciones óseas y en el aparato reproductivo. ¿Mas? Fumar se asocia con una obstrucción leve de las vías aéreas y una disminución de la función pulmonar en los adolescentes. Y ¡casualidad! – en este punto las mujeres también somos más vulnerables.
Fumar poco también te pone en peligro
Fumar un cigarrillo ocasional o pitar solo con tus amigas en un bar te convierte en una «fumadora social». Esto puede hacer que te sientas segura, pero es una falsa sensación de seguridad. Como te dijimos antes, el daño empieza con las primeras pitadas.
Otro clásico: las que creen que fuman poco porque el cigarrillo se consume casi todo en el cenicero. El que deja que el cigarrillo se queme solo, aspira mas sustancias nocivas porque lo que se desprende del humo es más tóxico que el humo que se aspira directamente.
Los expertos acuerdan en que no hay que subestimar la dependencia a la nicotina. Si te quedas tranquila porque, total, fumas solo una o dos veces por semana, hay altas probabilidades de que, antes de que te des cuenta, el ritual social se haya transformado en un vicio a tempo completo.
Trae daños a largo plazo
Además de generarte hoy problemas respiratorios o bucodentales (provocados por el mal aliento o el deterioro del esmalte dental), secarte la piel, poner tu pelo más opaco y quebradizo y hacer que tu cuerpo huela mal, el tabaco puede dejar en tu cuerpo pequeñas o grandes bombas que estallarán en el futuro, aunque tengas la voluntad de dejar la adicción antes de cumplir los 30.
¿Lo menos grave? Las arrugas prematuras que no vas a poder borrar. ¿Lo peor? La posibilidad de desarrollar cáncer (incluso, de labio) y el desastre que la nicotina arma en tus hormonas, porque disminuye los estrógenos, una sustancia esencial para el funcionamiento de los ovarios. Esto puede traer alteraciones del ciclo menstrual, de la fecundidad, del embarazo ¡y el adelanto de la menopausia!
¿Te has puesto nerviosa? Bueno, respira hondo y ¡tira ya mismo tu atado a la basura!