Tenerife tiene unos lugares imprescindibles que deberás descubrir por ti mismo si lo que quieres es presumir después de haber estado visitando esta preciosa isla canaria. Toma nota.
San Cristóbal de la Laguna
Sede de una de las universidades españolas de mayor tradición, esta ciudad tiene un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad que cuenta con verdaderas joyas arquitectónicas como el convento de San Agustín, la plaza del Adelantado o el Palacio Episcopal.
Acantilado de los Gigantes
A lo largo de 10 kilómetros se extiende uno de los acantilados más impresionantes de toda Canarias, concretamente entre la punta de Teno y la localidad de los Gigantes. Se trata de una espectacular fachada con una paredes acantiladas de más de 500 metros de alto y que antiguamente eran conocidas como la «muralla del infierno». En este entorno se concentra unan de las poblaciones más grandes de cetáceos de todo el planeta.
Las cañadas del Teide
El pico más alto de España con casi 4000 metros de altura, domina el grandioso circo volcánico de las Cañadas, sembrado de campos de lava y conos volcánicos. Entre sus paredes acantiladas encierra un muestrario de relieves y formas eruptivos con una gran variedad de vegetales únicos. Una experiencia increíble es subir hasta la cima del Teide al atardecer para ver como una mar de nubes se van tiñendo con el ocaso en un silencio absoluto.
Garachico
Otro de los tesoros de la isla es Garachico, situado en la costa norte de Tenerife. Fue sepultada en el siglo XVIII por la erupción de un volcán, y como consecuencia de ello se formaron unas piscinas naturales que son famosas en toda la isla.
Barranco de Masca
Enclavado de manera escalonada se encuentra el perfectamente conservado y escondido caserío de Masca, justo en la ladera de un barranco del que recibe su nombre. Rodeado de bancales y palmeras, está considerado como el punto de partida de un sendero espectacular que desciende para llegar a una playa paradisíaca antiguo refugio de piratas.
Icod de los vinos
Esta localidad de empinadas y fértiles laderas, cuenta con el árbol más viejo del archipiélago y emblema de las islas Canarias. Además es imprescindible probar sus vinos elaborados en sus famosas bodegas y de sabor excelente. No hay que olvidarse de su rico patrimonio y sus rincones llenos de encanto entre los que sobresale la plaza de la Pila rodeada de laureles y enormes ficus entre los que se abren paso diferentes casas señoriales.
La Orotava
Las calles adoquinadas y empinadas de este bonita localidad que todavía conserva el tradicional sabor de las ciudades antiguas coloniales, se encuentran repletas de conventos, iglesias, molinos de agua y palacios. Allí se puede visitar el templo de San Juan Bautista o el de la Inmaculada Concepción, la Casa de los Balcones o el convento de Santo Domingo. Pero entre todo su patrimonio sobresalen las conocidas como Doce Casa, el ejemplo más significativo de arquitectura canaria tradicional perteneciente a los siglos XVI, XVII y XVIII.
