Las manchas son un problema dermatológico del que toda mujer quiere huir pero en algún momento de la vida tiene que experimentar, ya sea por acción hormonal, por embarazos o por falta de cuidado cuando hay una exposición solar o al medio ambiente. La mayoría de mujeres se preocupan por la aparición de manchas en la piel y es que ya no importa la edad, pero el sol, los agentes en el medio ambiente, la alimentación y el embarazo, están haciendo que hasta las mujeres más jóvenes empiecen a evidenciar cambios en su cutis. Siempre es bueno que una mujer este enterada de los factores que pueden amenazar su piel, de cómo pueden evitar ciertas manchas e incluso el cáncer y cuáles son los signos para notar cuando el rostro está cambiando, por falta de cuidado u otras razones.
Hay que saber que siempre hay que llevar una consulta de mano de un dermatólogo, pues es él quien conoce con detalle las características de cada tipo de piel y sabe cómo controlar los detalles que empiecen a hacerse evidentes, así mismo orientan a las chicas a detectar señales, a cambiar sus hábitos diarios y a prestar más atención precisamente a esta parte de la piel que es la que tiene un contacto directo con el aire, la contaminación y la polución.
Las manchas pueden ser de distintos tipos, por ejemplo, hay unas focalizadas y de pequeños tamaños, con un tono marrón y que apareen cerca de los 25 años a causa de los rayos del sol y porque las mujeres no creen que en serio les afecte y no usan bloqueadores solares. Hay otras con la misma forma pero se da por efectos de la edad, suelen aparecer entre los 40ª y 50 años y es por el deterioro de la piel con el paso de los años, y un tercer grupo son las que quedan por el acné, que se da en la etapa de la adolescencia y que suele ser muy agresivo y requerir fuertes tratamientos para ser erradicado o por lo menos controlado.
El segundo tipo son las manchas de color marrón pero de tamaños un poco más notorios, aunque algunas pueden tonarse más oscuras, pero depende del tipo de piel. Son llamados melasmas y aparecen sobre los 20 años a causa de cambios hormonales, embarazo o efectos secundarios de los métodos de planificación o anticonceptivos. Finalmente está el tercer y último grupo que se caracteriza por ser de manchas enrojecidas y que van ligadas a enfermedades vasculares. Empiezan a nacer sobre los 30 años de edad y tiene un manejo especial, pues hay que controlar la dilatación de los vasos sanguíneos.
Una vez que aparezcan, se pueden pedir asesorías estéticas y médicas para minimizar su visibilidad y de a poco ir limpiando la piel, en el mercado hay muchos productos que tienen este gran efecto, pero depende de la perseverancia y del cambio en los hábitos y cuidado de la piel.