El origen del masaje corporal es muy antiguo. No se sabe específicamente a partir de cuando surgió, pero apelando un poco a la lógica se podría decir que existe desde el comienzo de los tiempos, pues nace con la experiencia del tacto.
Desde las caricias a los bebés hasta la mejor sesión que podamos recibir en un spa, siempre el masaje va a consistir en una serie de movimientos con mayor o menor presión ejercidos por el tacto, o en su defecto, por el contacto de una superficie o producto con nuestro cuerpo.
Por relatos históricos podemos saber que Cleopatra recibía múltiples sesiones de masajes de sus numerosos esclavos durante sus rituales de belleza, que los griegos los practicaban con la intención de alargarle la vida a los pacientes de edad avanzada, y que en la Roma antigua el masaje era considerado terapéutico. No sólo es útil desde el punto de vista de la medicina, sino que también es algo muy placentero para nuestros sentidos, pues además de quitar las fuertes contracturas nos relaja y dispersa. Su época de gloria surgió el siglo pasado, a partir del nacimiento de la escuela sueca del masaje. Gracias a ella, este beneficioso ritual comenzó a hacerse popular una vez más a nivel mundial. Estos son algunos de los tratamientos básicos de masajes, te explicaremos brevemente en que consiste cada uno para que elijas el que más te guste, y vayas corriendo a tomar una sesión de esta placentera experiencia.
Masaje Sueco: Consiste en el típico movimiento de presión y fricción producido por las manos sobre el cuerpo. Los movimientos básicos de este masaje se inspiran en técnicas antiguas y tradicionales desarrolladas en China, Grecia o Egipto. El objetivo es básicamente rehabilitar, lograr una buena terapia corporal. Los suecos también han rescatado el aspecto sensual del masaje, el cual estuvo guardado en el armario durante la época victoriana por los pensamientos que se tenían acerca de la sexualidad explícita. Actualmente, el masaje ha recuperado el terreno que había perdido durante tantos siglos. Hoy en día, las placenteras sensaciones de los masajes son disfrutadas, y cada vez por un mayor número de personas, como un excelente medio de comunicación y sobre todo de curación y relajación.
Aromaterapia: Es un método terapéutico natural, basado en las propiedades curativas de los aceites esenciales. A partir de estos, se acentúa la sensación de relajación que nos brindan los masajes, pues según las hierbas que se utilicen, se puede calmar, relajar o estimular al paciente durante la sesión de masajes. Los aceites esenciales son sustancias con propiedades bioenergéticas, extraídas de hierbas, cortezas, resinas y flores, cuyas propiedades intervienen en los procesos vitales energéticos. Los aceites esenciales usados en la aromaterapia deben ser 100% naturales. Son solubles en grasas y solventes, por lo tanto insolubles en agua, poseen olor característico dependiendo del aceite en sí que se emplee para la terapia y son volátiles a temperatura ambiente. Están constituidos por alcoholes, terpenos, fenoles, aldehídos, cetonas, ácidos orgánicos y fitohormonas. El método más usado para extraer estos aceites esenciales de sus fuentes es la destilación. Se clasifican por familias botánicas, entre las que se pueden citar las rutáceas (como el limón), mirtáceas (como el eucalipto), umbelíferas (como el hinojo), verbenáceas (como el orégano), compuestas (como la manzanilla), zingiberáceas (como el jengibre), laureáceas (como el laurel), geranáceas (como el geranio), labiada (como el romero). Estos ejemplos citados son los principales ya que se caracterizan por sus propiedades terapéuticas.
Fangoterapia: Para practicarla es necesario conocer las bondades y aptitudes de los fangos termales para tener en cuenta las distintas necesidades de cada biotipo cutáneo. A través de su empleo, se pueden mejorar y recuperar distintas afecciones, como las enfermedades de tipo reumático, artrosis, fracturas, entre otras. El fango termal se origina en las capas poco profundas de la tierra, el barro se halla en combinación con aguas provenientes de las fuentes termales fértiles. Básicamente el fango está constituido por los minerales existentes en la tierra y el agua (hierro, magnesio, manganeso, azufre, zinc, fósforo y cobre) oligoelementos, minerales geológicos (silicatos, feldespatos, cuarzo, mica, etc.) y por restos fósiles de animales y plantas que son arrastrados a la superficie por las aguas profundas. Todos estos elementos le dan conformación al fango termal. Al evaporarse el agua, el fango queda libre de contaminación, ya que las bacterias se desarrollan fácilmente en la humedad, logrando así la conservar intacta su riqueza curativa. Con el proceso de deshidratación se garantiza la pureza y el equilibrio de la composición, por no contener ningún aditivo conservante. Su acción desinflamatoria, calmante, y su gran poder de absorción actuando como estimulante de la formación cutánea, depurando la piel y favoreciendo la perdida del ácido úrico, lo convierten en un ideal aliado para la reproducción celular. Estimula la circulación, produce una hiperactivación orgánica, realiza un profundo pulido de la piel y actúa eliminando el exceso de grasa cutánea. Su acción está dada principalmente por la absorción de minerales y oligoelementos, que a nivel celular aseguran el desarrollo óptimo de los procesos biológicos relacionados con la salud, la belleza y el equilibrio general del ser humano. Por eso descongestiona, regenera, depura, desintoxica, tonifica y al mismo tiempo tiene una importante acción antiséptica. Hay una infinidad de técnincas de masajes, éstos son tan solo algunos ejemplos, pero de todos ellos se obtiene relajación y otros beneficios que no te harán dudar a la hora de llamar para solicitar tu sesión.