Muchas chicas consideran que sus vidas están guiadas por el fracaso y la infelicidad pero no se dan cuenta que son ellas mismas quienes atraen esto con algunos comportamientos. El ser humano muchas veces tiende a complicarse la vida a sí mismo y aunque no sea tan difícil, si lo dibuja de esa manera haciendo que la felicidad se perciba lejana o imposible. Lo primero es crearse muchas expectativas hacia el futuro y esperando muchísimo de los demás, de las situaciones externas y en menor cantidad de sí mismo. El afán hace que se cometan errores por querer ese sueño cumplido de inmediato y que al no tener cumplida esa expectativa haya decepciones y pérdida de la motivación. Lo peor es que se cae en situaciones de victimismo, de que todo es malo, que no haya esperanza y así mismo crear un entorno en el que todo sale mal porque así se quiere.
Para poder superarlo hay que tener en cuenta que no todos los sueños se cumplirán al pie de la letra o tal como fueron diseñados y que no siempre depende de una persona sino de muchas otras y de situaciones externas. Hay que tener en cuenta que se deben plantear logros alcanzables y reales. Una segunda razón para atraer la infelicidad es la forma en la que se habla, las palabras que se utilizan como por ejemplo el “tener” que hacer las cosas, el decir “no puedo”, hacen que el cerebro se programe y efectivamente no sean capaces de hacer nada o algo peor es hablar solo por medio de groserías, de palabras soeces y crear un ambiente pesado y que la gente termine alejándose por que no es una persona agradable. Para poder lograr las cosas hay que tener en cuenta que se quieren, que se pueden y que hay razones para hacerlo.
Un tercer motivo es la manera en la que las personas se enfocan en algo, en la manera en la que invierten energía en algo que no es primordial o interesante y que finalmente solo hace que una persona se vuelva mediocre y desperdicie su tiempo. Hay que evitar fijarse en lo que los demás hacen, no juzgar sus acciones o palabras o desperdiciando minutos u horas valiosas imaginando lo que se quiere llegar a hacer pero sin hacer mucho. Lo mejor es tomar lo bueno de cada persona y adoptarlo para mejorar, evitar hacer comparaciones y analizar lo malo o feo de las propias acciones y actitudes con el resto de las personas. Jamás se logrará un estado de tranquilidad y felicidad sin que haya una aceptación propia y por lo general una mujer jamás está conforme con su cuerpo, con su trabajo, con sus actividades, con su ropa, con sus amigos, con su familia entre otras y al haber un rechazo de si mismo también lo habrá por parte del resto de las personas. Es entonces cuando en medio de la búsqueda de la aceptación y de poder encajar en una sociedad se generan problemas. Hay que aceptar defectos y cualidades y procurar mejorar lo primeros y cuidar y aumentar de los últimos