Las mujeres tienen la fama de pedir muchas cosas en una relación y tal vez es porque lo dicen directamente y les molesta cuando no son valoradas o tenidas en cuenta. Pero con los hombres pasa lo mismo, con la diferencia de que no se les nota, no lo piden a gritos o se toman determinados momentos para pedirlo, pero con bastante timidez. Para las mujeres puede llegar a ser complejo entender el comportamiento de un hombre y más cuando no tiene relación o coherencia con lo que le gusta o con su identidad, pero lo que sucede es que un hombre puede tener ciertas necesidades o requerimientos que aunque no son nada complejos, si les cuesta pedir y paradójicamente es lo que las mujeres también quieren y piden a gritos.
Lo primero es el respeto, porque a pesar de que se vea fuerte o indiferente antes las situaciones, también desean ser valorados, amados y obviamente respetados. Es una ley de compensación, en donde si las mujeres quieren ser respetadas, deben darle lo mismo a sus parejas. Pero no se trata solo de respetarlo físicamente, sino emocionalmente, en su forma de pensar y en su forma de actuar, siempre y cuando no le haga daño a nadie. Para un hombre después de tener el respeto de alguien, busca la admiración y aunque no lo dice o lo exige a gritos, si lo desea fuertemente. Por ello se esfuerza en sobresalir en lo que hace, en ser el mejor, en tratar de obtener logros y felicitaciones y no solo en el ámbito emocional, sino laboral o familiar. Si una mujer brinda admiración a su chico, hay que procurar que sea sincera y no tratar de elogiarlo por hacerlo sentir bien.
A pesar de que muchos tengan una imagen de independencia, de fuerza y de no necesitar nada de nadie, también necesitan compañía y sobre todo si es de la chica de sus sueños o de la que está enamorado. A algunas les puede parecer aburridos algunos planes que proponen, pero de vez en cuando es bueno dar el brazo a torcer y dejar de exigir, para darle espacio a él y a lo que le gusta, pero sobre todo acompañado de su novia. Aunque muchos pidan a sus amigos, también aprenden a valorar el tiempo que pasan con su pareja.
No les gusta que el cambio en el tono de voz de sus novias sea tan evidente, adema porque además de que se vuelve grueso y fuerte, pareciera acompañado de gritos, de muecas y malas caras y de una actitud insoportable. Siempre quieren que las chicas hablen con dulzura, con amor, con paciencia y tolerancia. Incluso pueden llegar a pensar o soñar, que una mujer pueda controlar las ganas de discutir y simplemente dejarlo de lado y seguir hablando con total normalidad.
Por último, está el apoyo, y el de la pareja es sumamente importante, pues esa persona que ama y que lo ama, se convierte en un eje fundamental, que lo escucha, que lo ayuda, que lo aconseja y lo acompaña en momentos buenos y malos. Lo que obtienen con esto, es sentir que son lo suficientemente importantes y que siempre habrá alguien que le de la mano y de paso algunos abrazos, caricias y besos.