Existe una flor específica de Bach para cada emoción. Para ello sólo hay que mezclarlas de una manera adecuada para subir las defensas del organismo, recuperar el equilibrio y aliviar o evitar la enfermedad.
Cuándo se utilizan
Se emplean básicamente para reequilibrar la mente, el cuerpo y las emociones de tal manera que cada persona logre mejorar según sus posibilidades. Estas flores permiten abordar problemas de personalidad como la timidez por ejemplo, así como ciertos problemas domésticos como puede ser una quemadura provocada en la cocina. Son diferentes los niveles de práctica que puede ir desde un tratamiento en manos de profesionales hasta los remedios caseros.
Como funcionan
Las flores de Bach a diferencia de los fármacos y de la fitoterapia, no actúan a raíz de ningún principio activo o sea, desde una molécula que tenga una función concreta. En realidad lo que se toma de estas flores es la esencia energética que contienen y que actúa sobre el sistema energético que esté alterado. Además una vez se ha producido la enfermedad si se observa un estado negativo de desánimo, de rabia o de tristeza puede gestionarse con la ayuda de estas flores.
¿Cómo se toman?
Se suelen presentar en un frasco tipo gotero en cuyo interior hay agua, un conservante y dos gotas de cada esencia floral, pudiéndose combinar hasta nueve flores distintas. De dicha preparación se deben tomar cuatro gotas que vayan directamente a la boca. Aunque no existe una pauta común de dosificación, son muchas las personas que piensan que lo más normal es hacer 4 tomas al día, siendo éstas las dosis mínimas diarias que se necesitan para que resulten efectivas.
A partir de esta dosis, existen otras muchas posibilidades llegando incluso, en los casos de emergencia, a poder tomarlas cada pocos minutos.
Pueden administrarse antes, después o incluso durante las comidas puesto que no son fármacos ni homeopatía y no se encuentran sujetas a las mismas normas que éstos. También existen numerosos usos tópicos entre los que se encuentran las pomadas o las cremas.
Quién puede prescribirlas
Al igual que oro tipo de terapia natural, las flores de Bach no están reguladas todavía, de manera que en principio, cualquier persona puede ser su propio terapeuta. Aún así existen algunos colectivos profesionales que han conseguido establecer registros de especialistas perfectamente cualificados, como Sedibac que reúnen los estudios, la experiencia y el compromiso ético necesario para poder prescribirlas. La mejor manera sin duda de hacerlo es a través de una entrevista personal que incluye un seguimiento del proceso.
¿Tienen efectos secundarios?
Uno de los principales atractivos de esta terapia es la carencia de efectos adversos y de contraindicaciones. Sin embargo sí que pueden remover y despertar estas flores estados de conciencia con los que se producen estados de incomodidad, es decir un “darse cuenta” de algo de nosotros mismos que no nos gusta en absoluto. Por eso es importante la supervisión de una persona especializada para poder continuar con esta terapia de fondo.