Al ser la malva una planta que crece en cualquier parte del mundo, sus hojas que son las que ofrecen diversos tipos de beneficios medicinales y sus flores, están al alcance de todo el mundo.
La malva
Esta planta que ya fue utilizada por los griegos hace más de dos mil años, pertenece a la familia de las malváceas y toda ella, especialmente sus hojas y sus flores, contienen una gran cantidad de mucílagos lo que le confieren propiedades laxantes y emolientes por lo que está especialmente indicada en casos de estreñimiento crónico, ya que actúa como un laxante no muy agresivo, incluso aunque se tome en grandes cantidades. Está especialmente recomendada para los niños y los ancianos.
También tiene un efecto expectorante por que se suele prescribir en caso de gripes, catarros o bronquitis e incluso en caso de asma. Si la aplicamos localmente, la malva ayuda a curar las vaginitis, las faringitis, los eccemas, los furúnculos y todo tipo de irritaciones superficiales.
Si se toma como infusión deberán cocerse 30 gramos de malva por cada litro de
agua y tomarse unas tres o cuatro tazas al día. Para uso externo, debemos prepararla de igual manera pero utilizando una mayor concentración de la planta y aplicarla con la ayuda de una compresa, sobre la zona afectada de la piel.
La malva blanca
Las hojas de esta planta suelen utilizarse como un sustitutivo del té y tienen fama de ser afrodisíacas. Sus propiedades medicinales más destacadas es que es un tonificante nervioso y se emplea en casos de astenia, de agotamiento físico o intelectual, cuando existe una excesiva debilidad y en casos de estrés.
Es un diurético suave y además se ha comprobado que aumenta la vitalidad de los espermatozoides así como regularizar el ciclo de la menstruación en la mujer, estimulando a la vez las funciones del ovario. En cualquier caso, en los dos sexos tiene un efecto afrodisíaco que al contrario de otros estimulantes, no tienen ningún tipo de efectos secundarios. Está indicada especialmente en caso de eyaculación precoz o de impotencia masculina.
La malva real
En este caso también los mucílagos son las sustancias activas principales de la planta pero también existen minerales, taninos, almidón, fitosterina y colorantes de antocianinas en su interior. Como infusión se utiliza comúnmente en caso de tos o de bronquitis mezclada con un poco de miel para aliviar la tos irritativa. Como uso externo es utilizada para hacer gárgaras en caso de padecer infecciones en la boca o en la faringe, de igual manera que como apósito para curar las heridas.
Para prepara una infusión con esta planta se deben echar dos cucharadas de sus flores bien desmenuzadas en un cuarto de litro de agua que esté hierviendo. Se deja reposar unos diez minutos y se bebe durante unas tres veces al día. Si queremos combatir la ronquera, la tos y el asma podemos endulzar esta infusión con un poco de miel. En caso de diarrea o de dolor de estómago, mejor tomarla sin endulzar.