La recetea que viene a continuación es muy práctica, ya que se trata de un adobo, en este caso de pollo. Se conserva mucho tiempo en el frigorífico, por lo que puedes hacer una buena cantidad. Así, cuando quieras comerlo sólo tienes que sacar el que necesitas y freírlo. Puedes hacerlo si te gusta sólo con alitas, ya que quedan muy crujientes. Ingredientes: la cantidad de pollo que desees adobar, 2 cebollas, 8 dientes de ajo, 1 vaso de vino blanco, 1 vaso de aceite, 1 cucharadita de comino, 1 cucharadita de colorante, 1 cucharadita de pimienta negra y sal.
Lava los trozos de pollo. Espera a que se sequen.
Mientras, tritura con la batidora el resto de ingredientes, juntos. Los dientes de ajo deberás pelarlos antes.
Ve untando cada trozo de pollo con la masa que has triturado, intentando impregnarlos al máximo posible. Ve colocando cada trozo untado en una fuente.
Cuando termines, vierte toda la masa que te ha sobrado por encima de los trozos de pollo, en la fuente, intentando repartirlo bien y que cubran al pollo todo lo posible.
Guárdalo en el frigorífico. Cuando quieras usarlo, sólo deberás coger los trozos que quieras y freírlos en la freidora con aceite bien caliente, cubiertos con el adobo tal como están, hasta que veas que quedan dorados y crujientes.