Así como en su bolso, una mujer guarda miles de cosas pero en su cabeza y son muchas razones las que las llevan a preocuparse. Con la globalización, el avance en muchos aspectos y los cambios en la sociedad y las tendencias hay muchos aspectos que pueden poner intranquila a una mujer y no se reduce solo al físico o al sobrepeso, aunque si es uno de los grandes temas.Algo que las pone a pensar diariamente es el sexo y se da desde que las mujeres son adolescentes pues un motivo para preocuparse es la calidad de educación sexual que reciben, el hecho de la sinceridad y claridad de las explicaciones o que no haya tabúes y evitar caer en errores como un embarazo no deseado o mucho menos un aborto. El problema se incrementa cuando hay diferencias culturales y cuando se contradicen campos como la familia y el colegio.
Cuando crecen y tienen mayor responsabilidad sexual entra a jugar el hecho de que su cuerpo agrade a sus parejas, porque los medios, publicidad y el mismo pensamiento masculino han evidenciado que solo son deseables aquellos de medidas perfectas, sin grasa, vellos o alguna marca que las haga avergonzar. Una razón más para asustarse en el hecho de poder quedar en embarazo y la forma como los hombres se protegen para que esto no suceda. Después viene la preocupación de tipo físico, es aquel momento donde las chicas se preguntan si tienen todo lo que aun hombre llamaría la atención, si les falta o les sobra, si se verían mejor de otra manera o si deben ser más inteligentes por encima de su físico. El tamaño del busto, la estatura, uno que otro gordito, el ancho de sus huesos o contextura gruesa o la celulitis pueden ser algunas características de esta fase de preocupación.
Hoy en día una mujer sobrevive por si misma y gracias al feminismo, trabajan, atienden su hogar, a ellas mismas y hasta a sus hijos sin necesidad de ayuda masculina, pero algo realmente inquietante es verse sin un solo peso, pues gracias a él es que pueden tener ciertas comodidades y vivir tranquilamente sin necesidad de pedir prestado o refugiarse de nuevo donde sus padres o su ex pareja ya que esto las retrasaría en su búsqueda de independencia. El cuarto elemento y tal vez uno de los más importantes cuando una mujer es madre, es la preocupación por los hijos pues temen desde el embarazo, es decir, como será el momento, si nacerá sano, si dolerá, entre otras inquietudes; si son pequeños que sufran caídas, se pierdan, se accidenten o estén solos o si están un poco más grandes que se rodeen de malas amistades, caigan en vicios o cambien su comportamiento por la rebeldía y malos consejos.
Después viene el miedo a la infidelidad y las mentiras, a que el sueño de tener una pareja estable y para toda la vida se desmorone de un momento para otro. Y es que cuando las mujeres empiezan a percibir mentiras y cambios de actitud el temor se agranda y las sospechas terminan por ser ciertas y es cuando el daño emocional es muy grande y muchas veces es largo el tiempo para recuperarse de la decepción.Por último y así muchas veces lo nieguen, el tiempo y los años se convierten en el mayor enemigo contra ellas mismas y utilizan miles de métodos como cirugías, cremas, tratamientos para reversar en algo parte de lo que la edad ha hecho.