Para el primer plato del menu de hoy, te traigo la receta de unas deliciosas setas rellenas de acelgas que te ayudarán a cuidar tu línea con un paladar sabroso que triunfará en tu mesa.
Aquí te doy las claves de la preparación de esta sencilla y nutritiva dieta que te encantará. 
Para el primer plato de hoy, te traigo una receta que conseguirá enamorarte a tí, y a todos tus invitados, pero que, además te ayudará a cuidar tu línea, satisfaciendo también a tu paladar.
El ingrediente estrella y clae de este plato son las acelgas, unas hortalizas que apenas tienen calorías, ya que su composición es prácticamente toda de agua y fibra, pero que además aportarán a tu dieta grandes cantidades de vitamina A y vitamina C, o minerales como calcio, hierro, postasio, magnésio y ácido ocalático, en fin, que como puedes observar son realmente muy sanas y necesarias en nuestra alimentación.
Pero tampoco debemos olvidarnos en nuestro plato de hoy de las setas, cuyo peculiar sabor darán un toque exquisito y una textura sensacional a esta receta deliciosa.
Además de unos ingredientes que, como verás a continuación ya tienes por tu despensa su elaboración es absolutamente sencilla y apenas te robará tiempo, en menos de media hora, tendrás listas estas setas para servirlas en tu mesa.
Así que, sin más demora, ¡comencemos!
• 8 huevos
• 400 gr. de acelgas
• 2 o 3 dientes de ajo
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• El jugo de un limón
• ½ kg. de setas
• Agua, sal y vinagre
Y ahora en unos cuantos procedimientos te detallo todo el proceso:
- Cuece los huevos con agua y sal en una olla.
- Lava las acelgas y las setas, córtalas en trozos, y cuécelas hasta que estén tiernas.
- Excúrrelas y ponlas en un cazo con un chorrito de aceite, ajo y el zumo de limon.
- Remojalas bien unos cinco minutos y luego colocalas en una fuente.
- Pela y corta los tomates por la mitad, y haz lo mismo con los huevos. Trocéalo todo sobre las acelgas y las setas.
- Finalmente espolvorea con la clara de huevo bien picada que ha sobrado por encima de nuestra fuente.
¡Ya habrás logrado una deliciosa receta que es sencilla, ocurrente, y encantará vaya donde vaya!
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