Pueblos imperdibles de la Riviera italiana

A escasos 90 minutos de distancia de Génova y antes de llegar a Pisa, existen una serie de pueblos de lo más pintorescos, con casas de colores que parece que han sido colocadas sobre los ancantilados, y rodeados de bosques, olivares y viñedos, que no puedes perderte. Este conjunto recibe el nombre de Le Cinque Terre o cinco tierras y sin duda es una experiencia única contemplarlos. Anímate tú también.

Monterosso

Viniendo desde Génova el primer pueblo que te vas a encontrar en Monterosso. Además de contar con las mejores playas de estos cinco lugares, merece la pena pasear por sus calles e ir aspirando los aromas que proceden del mar de Liguria mientras se llega a su casco medieval.

Vernazza

A muy pocos kilómetros de distancia y yendo hacia el sur se encuentra Vernazza. Este pueblo italiano que en la antigüedad fue el más próspero de los cinco, es una ensenada natural que es utilizada como refugio por los barcos. Sus empinadas calles del casco histórico se encuentran adornadas por soportales, torreones y mansiones. En uno de sus extremos se puede contemplar el castillo de los Doria, encargado de defender al pueblo del peligro sarraceno.

Corniglia

Este pueblo es el más pequeño de los cinco y el único que no tiene mar, algo por lo que quizás es el más tranquilo de todos ellos. En cambio ofrece al viajero una encantadora iglesia, la de San Pietro, unos viejos caserones que se encuentran en la vía Fieschi o los restos de su peñón del siglo XVI que vigila al resto de los pueblos de esta zona desde lo alto de su acantilado.

Maranola

Desde el anterior pueblo se puede continuar a pie hasta llegar a Maranola. Además las rutas que se ofrecen son tan atractivas como los mismos pueblos, aunque si no se desea andar, se puede coger el tren que se encarga de unir «las cinco tierras». Una vez en Maranola se podrá disfrutar de este precioso espacio que se encuentra encerrado entre dos grandes moles de rocas y que conforman una preciosa postal, junto con sus calles pintorescas y sus casas torres utilizadas para proteger antaño a sus habitantes. Su pequeña iglesia, su plaza y los tesoros que esconde en cada una de sus esquinas, son testigos cada día de unos atardeceres de cuento.

Riomaggiore

Caminando al borde de precipicios con unas vistas maravillosas se puede continuar caminando para llegar hasta Riomaggiore, una de las caminatas más bonitas y más sencillas que recorren esta zona entre la montaña y el mar. Este último pueblo protegido por un viejo castillo, cuenta con una iglesia del siglo XIV así como con cafeterías y heladerías que parecen ubicadas en un ambiente irreal que parece sacado de una película o de una historia mágica quizás por lo poco que ha cambiado a lo largo de los últimos siglos.