La retina es una capa que se encuentra en el ojo donde se alojan un tipo de células que al entrar en contacto con los rayos luminosos, se excitan y es posible que al llegar a una cierta edad, sufran alteraciones que conlleven una pérdida de visión.
¿Qué es la mácula?
En la parte central de la retina existe una zona conocida como mácula, que mide entre unos 2 y 3 mm de largo y 1,5 de ancho, donde se asientan una mayor cantidad de las células que se excitan con la luz, con lo que se proporciona una mayor visión de todos los detalles y lo que ocasiona que al leer, se nos muevan los ojos para que el texto vaya enfocándose en esta zona. Cuando esta mácula se degenera, se sufre una alteración de las células y se conoce como “asociada a la edad” porque suele aparecer a partir de los 55 años de edad y su frecuencia va en aumento con el paso del tiempo, siendo ésta la causa de pérdida de visión permanente más frecuente durante la senectud.
Existen dos variedades de degeneración macular, la húmeda o exudativa y la seca o atrófica. Esta última suele suceder en un 90% de los casos y provoca una atrofia y degeneración de la retina, mientras que la primera provoca una proliferación de nuevos vasos sanguíneos que resultan muy frágiles, por lo que la sangre y el líquido se escapan de su interior y se sitúan por debajo de la mácula, acumulándose en esta zona.
Causas y síntomas
Aunque las causas se desconocen, es sabido que además de la edad, la degeneración de la mácula también tiene relación con el tabaquismo, una predisposición genética o la obesidad. Además la frecuencia de este trastorno también es un poco mayor en el sexo femenino.
En las dos variedades de degeneración macular, se pierde la visión central conservándose la de los laterales, por lo que aunque no se puede leer, se puede llegar a andar sin ningún tipo de problemas. La forma seca de este trastorno, suele afectar a los dos ojos y provocar una visión borrosa que va empeorando de una manera progresiva. La húmeda, en cambio, es más grave y en un 90% de los casos provoca ceguera. Suele afectar primeramente a un ojo y después al otro, las imágenes se distorsionan y la pérdida de visión es mucho más rápida.
Prevención y tratamiento
Esta enfermedad no se puede prevenir pero sí que puede aconsejarse el consumo de antioxidantes como el zinc, la vitamina A, C y E, evitar la obesidad y no fumar. También es recomendable protegerse los ojos con unas gafas adecuadas de los rayos UVA.
En la variedad de degeneración macular seca, sólo se podrá intentar mejorar la visión con unas lentes muy potentes, aunque deben hacerse revisiones cada año para ir vigilando la evolución, porque en ocasiones puede transformarse en húmeda, algo que puede sospecharse si cuando se mira una cuadrícula, se llega a observar que la parte central se borra y las líneas, en vez de ser rectas, son onduladas. La forma húmeda tampoco se cura aunque un tratamiento puede detenerla e incluso mejorar un poco la visión.