Esta bebida tan típica del verano, no sólo es consumida durante esta época del año ya que cada vez está experimentando una fuerte subida por sus excelentes valores nutricionales y por las posibilidades con las que cuenta por ejemplo, dentro de la cocina.
Historia de la cerveza
Esta bebida que cuenta como ingrediente principal con la cebada en su elaboración, es una de las bebidas que más se consumen en el mundo entero y cuenta con una larga historia.
Los expertos en historia citan como sus lugares de origen a Sumeria y Mesopotamia aunque se sospecha que los primeros rastros se localizan en Egipto donde a partir de los panes de cebada poco cocidos y que se fermentaban con agua se obtenía esta bebida.
Su elaboración se vio perfeccionada por los monjes belgas de la Edad Media que incorporaron el lúpulo consiguiendo su típico sabor amargo y favoreciendo su conservación.
En los países centroeuropeos se empezó a cultivar la cebada convirtiéndose en unos grandes productores de la cerveza, hecho que se ha prolongado hasta nuestros días ya que estos países, al igual que en México y en Estados Unidos, son los principales productores de ella.
Dependiendo del tipo de fermentación se pueden distinguir distintos tipos de cerveza como por ejemplo la “lager” o baja que se fermenta entre los 0º y los 4ª y se caracterizan por ser espumosas, ligeras y frescas, mientras que las de más alta fermentación situadas entre los 4º y los 24º se dividen a su vez en otros tres tipos siendo la “Ale” más afrutada, la “scout” más cremosa y de color negro y la “porter” más ligera y tostada.
En último lugar están las de fermentación espontánea que se elaboran mediante cepas de levadura salvajes y son artesanales, fabricándose sobre todo en los países belgas.
Conservación de la cerveza
Esta bebida no se debe guardar en un lugar que se encuentre expuesto a la luz ya que lograría alterar su sabor y su color. Así mismo le afectan las temperaturas demasiado extremas por lo que no deben estar ni por debajo de los 0 grados centígrados ni por encima de los 30 grados centígrados.
La rubia se debe tomar fresquita pero sin exagerar, siempre entre los 6 y los 8 grados centígrados, en cambio las cervezas de más cuerpo y oscuras deben consumirse entre los 8 y los 12 grados centígrados.
Valores nutricionales de la cerveza
Por cada 100 gramos de esta bebida se aportan al organismo 32.5 calorías, 2.4 gramos de hidratos de carbono, 0.30 gramos de proteínas y 3.6 miligramos de silicio.
Gracias a las propiedades antioxidantes de esta bebida y que vienen derivadas por los extractos que se emplean en su elaboración, ayuda a retrasar el envejecimiento de las células.
Así mismo es rica en silicio que también posee un efecto antioxidante sobre nuestro cerebro y ayuda a incrementar la densidad de los huesos así como la formación de colágeno. En personas sanas se recomienda un uso moderado de esta bebida.