Muchas veces nos pasa que, a pesar de que seguimos al pie de la letra todos los tips de belleza habidos y por haber, nuestra piel se mantiene opaca, y los resultados que tanto esperamos parecen nunca llegar.
En esta nota, algunos hábitos que podrían ser los responsables de que tu cutis no refleje los cuidados que con tanto esmero le das. Aquí entonces, 4 factores que pueden poner en riesgo la salud de tu piel.
- Ir a una cosmetóloga solo porque cobra barato: Muchas veces nos pasa que recurrimos frecuentemente a una misma cosmetóloga, y no por sus resultados, sino porque su precio no es tan alto como el de otras. Esto puede representar un riesgo terrible: infecciones, quemaduras y cicatrices pueden llegar a ocurrir en manos inexpertas. De hecho, las estadísticas indican que ha aumentado el número de pacientes que buscan tratamientos debido al daño de ciertos procedimientos faciales que han sido realizados de forma incorrecta por personal no capacitado. La solución: Si estás en busca de algo estándar, un tratamiento que no sea para pieles sensibles o con acné, esta bien elegir un lugar que nos resulte accesible, pero siempre hay que ser cuidadosa cuando se trata de procedimientos más invasivos como pueden ser una microdermabrasión o un peeling con químicos y láser. Pues estos tratamientos requieren mas experiencia, por es lo mas seguro es visitar a un buen dermatólogo o recurrir a un spa-médico.
- Fanatismo por los exfoliantes y peelings: Realizar este tipo de tratamientos más de dos veces por semana puede provocar irritaciones y acelerar el proceso de envejecimiento. Suena drástico, pero una repetida inflamación causada por fórmulas demasiado fuertes puede llegar a disparar una cadena de reacciones que dañen tu dermis y en consecuencia, ésta envejezca más rápido. La solución: Si ante esta causa tu piel se pone roja e inflamada, es porque debe ser más sensible de lo normal, por lo cual debes cortar con ese tratamiento y limpiarla con un producto liviano para luego aplicar un hidratante con SPF. Para el futuro, lo ideal será que chequees tu tipo de piel y, si tienes tendencia al acné, exfóliate a diario, siempre y cuando sea con un producto indicado para todos los días. Las pieles normales pueden pulirse con microgranulado, entre 2 y 3 veces por semana. Para las pieles más sensibles lo ideal es hacerlo una vez por semana y con un producto bien suave.
- Ahorrar en productos para la cara: Muchos productos de belleza contienen ingredientes activos que se estropean una vez expuestos al sol o a las altas temperaturas. Pero mientras muchos caducan con el tiempo, la mayoría de ellos contiene preservantes que combaten las bacterias. La solución: Casi todos los productos para el cuidado de la piel caducan a los dos años de abiertos. A modo de recordatorio, los de mejor calidad tienen un símbolo en la parte trasera que indica su validez una vez abiertos. Así que recuerda la famosa frase “lo barato sale caro” y ten en cuenta que, por querer ahorrar puedes llegar a dañar tu piel.
- Fumadores pasivos: Un estudio dermatológico realizado ha demostrado que el humo que exhalan los fumadores puede ser mucho más dañino para tu rostro que inhalarlo, ya que esas “nubecitas” contienen niveles significantes de sustancias como nicotina, alquitrán y monóxido de carbono. Y cuando estas sustancias hacen contacto con la piel, disparan la creación de radicales libres. La solución: Cuando no tienes otra alternativa que compartir espacio con fumadores, asegúrate de que haya ventilación para diluir las toxinas del ambiente. Además, hazte una limpieza ni bien llegues a tu casa para prevenir el daño de los radicales libres. Luego, aplícate una máscara facial purificadora, anti-estrés y/o descongestiva.