Para dar un sabor especial a cualquiera de los platos que preparas a diario, existen numerosos tipos de salsas y todas ellas muy fáciles de preparar que sin ninguna duda conseguirán hacer las delicias de los paladares más exquisitos. Descubre algunas de ellas.
Bechamel
Para elaborar esta salsa tan solo necesitas harina y mantequilla a partes iguales y algo de leche dependiendo de la consistencia que pretendas conseguir.
La clave para hacer una suave, buena y cremosa bechamel, está en el movimiento que realices con las varillas o con las cucharas, primero para conseguir unir la harina y la mantequilla sin que se formen grumos y después para ir incorporando la leche, que debe hacerse muy poco a poco removiendo sin parar.
Los condimentos ideales para hacer una bechamel son la nuez moscada y la sal. Una vez que ya se haya preparado admite una gran cantidad de ingredientes como el pescado blanco o loso hongos. Es posible congelarla para después descongelarla siempre en la parte menos fría del frigorífico y calentarla al baño María.
Pisto
Esta salsa se prepara con tomate, cebolla y pimientos todos ellos picados muy finos y rehogados después en un poco de aceite para después guisarlos a fuego lento y sazonarlos con un poco de sal hasta que queden bien tiernos.
Es perfecta para acompañar huevos fritos, pescados, aves y carnes bien asadas o a la parrilla e incluso puede servir de relleno para hacer empanadas o enriquecer pastas y arroces. También se puede congelar y una vez se descongele calentar al baño María.
Vinagreta
Esta salsa puede hacerse en el mismo momento en que se quiera utilizar pero siempre resulta muy cómoda tenerla a mano para poder hacer uso de ella en cualquier instante.
Para prepararla se necesitan tres partes de aceite por cada una de vinagre, un poco de sal y unas gotas de salsa de soja o una cucharada pequeña de mostaza o de miel para conseguir potenciar su sabor.
Hay que batirla muy fuerte para que emulsionen bien todos los ingredientes y se puede guardar en un frasco que tenga un cierre hermético. Antes de usarla, bastará con agitarla con mucha energía y verter sobre las patatas cocidas, las ensaladas de tomate y lechuga, sobre el pescado, sobre las judías verdes o sobre la coliflor, para darles un sabor riquísimo.
Pesto
Esta salsa de origen italiano resulta perfecta para acompañar a las pastas pero también puede acompañar a carnes a la plancha o a pescados.
Para hacerla se necesita mezclar ¾ partes de aceite de oliva de una taza, con unos piñones y unas nueces bien picados, así como un buen puñado de albahaca picada muy finamente, medio diente de ajo triturado y queso parmesano rallado. Se remueve todo bien y se sazona. Si se busca una consistencia algo más suave se pueden triturar todos los ingredientes con la batidora.
Puede conservarse varios días dentro de la nevera siendo tan solo necesario tenerla en unos frascos que cuenten con cierre hermético. No se debe servir demasiado fría.