Cuando llega el frío un baño bien calentito de vez en cuando es todo un lujo. Descubre el decálogo para una inmersión perfecta y disfruta.
Los diez pasos básicos para conseguir un baño de ensueño
Comienza llenando la bañera con agua siempre a una temperatura que sea de tu agrado. Eso sí, es recomendable recordar que los expertos aconsejan que en ningún caso supere los 34 grados centígrados.
Tampoco es conveniente estar dentro de la bañera demasiado tiempo. Con veinte minutos será más que suficiente para hidratar la piel a fondo y relajarte. Si estás más tiempo, la piel se te resecará y la tensión arterial también se resentirá.
Si estás en una ciudad, ten en cuenta que el agua de allí cuenta con bastante más cal que en otros lugares o incluso puede contener mucho cloro, algo que se conoce como agua “dura”. Si es tu caso, puedes suavizar el agua de tu baño añadiendo dos cucharas de copos de avena.
Muy importante también es la respiración. Ésta ha de ser lenta y profunda. Cuando exhales hazlo lo más profundo que puedas para intentar eliminar todas las toxinas.
Añade a tu agua aquellos aceites esenciales que hayas elegido para esta ocasión. Con ellos lograrás hidratar la piel y podrás beneficiarte de todos sus principios activos.
Enciende unas cuantas velas pequeñas o un velón grande y ponlos en lugares que no sean peligrosos, es decir, donde se puedan caer, encima de las alfombras de baño o cerca de las toallas. También puedes utilizar algunos otros elementos que te puedan hacer sentir bien como por ejemplo encender unas varitas o unos conos de incienso. También contribuyen a crear un ambiente muy agradable unas flores secas o frescas, unas piedras de colores o unas conchas de mar.
Cuando ya tengas tu decorado particular, apaga las luces y sumérgete dentro del agua, apoyando la cabeza con una toalla o con una pequeña almohada colocada al borde de la bañera.
Aprovecha para darte un masaje por todo el cuerpo con los nudillos y con las yemas de tus dedos para activar la circulación. Comienza por los tobillos y sigue en sentido ascendente. También puedes hacerlo con una esponja vegetal o lufa que es bastante más eficaz e higiénica que las esponjas de plástico.
Hazte una limpieza de cara y ponte una mascarilla para exfoliar tu cutis. Aprovecha el vapor que desprende el agua caliente y deja que actúe para que el producto penetre perfectamente. Conserva la mascarilla el tiempo recomendado y enjuágate con abundante agua.
Cuando te vayas a secar deja algunas gotas de agua en el cuerpo para que esa emulsión producida entre el aceite y el agua, si es que has utilizado algún aceite esencial, penetre bien en la piel. Date unas pequeñas palmaditas con tus manos para activar más la circulación. Si lo prefieres puedes aplicarte una capa bien gruesa de crema hidratante en vez del aceite.