Hay personas que piensan que cuando se tiene la presión sistólica, es decir, la alta ligeramente elevada no resulta peligroso, aunque lo que es cierto es que según numerosos expertos cuando ésta se encuentra por encima de los 129 mmHg, el organismo se llega a resentir. Aprende cómo lograr bajar la presión de la sangre para que repercuta de una manera positiva sobre nuestra salud.
Mantener el equilibrio para que el corazón gane años de vida
Cuando nuestra sangre va circulando a demasiada velocidad, lo que sucede cuando existe hipertensión, llega a “golpear” las arterias y las venas por las que va pasando consiguiendo debilitarlas a la vez que las endurece poco a poco. Si logramos reducir esta presión lograremos alejar el riesgo de sufrir un ictus ya que al relajarse, aunque sea un poco las arterias, es bastante menos probable que se rompan y que aparezca una hemorragia cerebral por ejemplo.
Además se disminuyen las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco ya que con sólo bajar unos 2 mmHg se reduce el riesgo de padecerlo hasta en un 10%. Cuando el corazón va recibiendo sangre con demasiada presión, su reacción es agrandarse y aumentar su masa muscular para poder resistir la llegada de la sangre, algo que puede provocar una insuficiencia de tipo coronario.
El riñón también recupera su salud
Al tener la presión arterial alta nuestro riñón también tiene que realizar un esfuerzo mayor para poder depurar la sangre, algo que consigue dañar los vasos sanguíneos que pasan por él. Cuando sucede esto, se retienen más líquidos lo que provoca a su vez que aumente la hipertensión. La única manera de romper todo este círculo vicioso es lograr bajar la presión sanguínea poco a poco, así el riñón dejará de sufrir y alejaremos el riesgo de tener algún tipo de insuficiencia renal.
Nuestros ojos también estarán protegidos
El ojo es otra parte de nuestro cuerpo que recibe el riego sanguíneo por lo que una hipertensión mantenida a lo largo del tiempo puede llegar a dañarlos. Concretamente las venas de las retinas se llegan a estrechar llegando a provocar pequeñas hemorragias dentro del ojo algo que se conoce como retinopatía hipertensiva. Si ésta se controla, los vasos volverán a recuperarse. Es conocido que las venas pequeñas que recubren nuestros ojos vuelven a recuperar su calibre normal cuando baja la hipertensión, algo que conviene hacer lo antes posible ya que una tensión muy elevada mantenida durante el tiempo, también favorece la acumulación de líquido dentro de sus estructuras que llegan a provocar una lesión en el nervio óptico hemorrágica conocida como neurorretinopatía.
Disminuir el riesgo de padecer una demencia
Cuanto antes controlemos nuestra hipertensión, menores serán los daños que se pueden llegar a producir en la sustancia blanca de nuestro cerebro. Esto aleja el riesgo de sufrir cualquier tipo de demencia según han demostrado varios estudios.
Proteger la memoria y aumentar la concentración
Se sospecha que una hipertensión arterial alta continuada dañan las células, al menos en parte, que están involucradas en la memoria por el flujo de la sangre que circula a demasiada presión por el cerebro.