A tan sólo una hora de Madrid y muy cerca del segoviano municipio de Sepúlveda, encontramos un alojamiento pintoresco y bucólico, ideal para quienes quieran pasar unos días tranquilos en un bello entorno natural y visitando bonitos lugares como los parajes del cercano parque natural o poblaciones muy interesantes como la medieval villa de Pedraza. Se trata de La Posada del Enebro, un pequeño y acogedor establecimiento donde es imposible que uno no se sienta a gusto, ya que tanto el entorno, como la decoración, como el trato amable de su personal confluyen para hacernos sentir como en casa.
El hotel se encuentra situado en la falda del Parque Natural de la Sierra de Guadarrama, rodeado de robles y acebos y en pleno corazón del pequeño pueblecito de Huerta. El edificio data del siglo XVIII, y en su origen fue una típica casa de labranza castellana, de la que mantiene aún todo el aspecto, incluso después de su reforma.
Cuando lleguemos al hotel, ya nos va a sorprender su aspecto, con sus enredaderas trepando por sus paredes y su bonito pozo junto a la puerta, que le dan un aire de casa de cuento. Y cuando entremos, no vamos a quedar defraudados. Su decoración rústica y cuidada hasta el más mínimo detalle ofrecen a cada una de sus estancias un ambiente cálido y acogedor.
Las habitaciones, cada una diferente a las demás, son abuhardilladas y muy bien equipadas. En ellas encontraremos un baño completo, artículos de higiene, televisión, teléfono, acceso a internet, libros e incluso la prensa diaria. Además, el establecimiento cuida mucho los detalles, y todos encontraremos al entrar en ella por primera vez un obsequio de bienvenida.
Encontramos en el hotel una sala de lectura, donde podremos estar tranquilamente leyendo antes de la cena. O podemos tomar algo en el bar que encontraremos junto a ella.
La posada dispone de dos preciosos jardines, donde si nos apetece también nos pueden servir la cena.
El restaurante es una estancia rústica y agradable, donde vamos a poder disfrutar de la gastronomía de estas tierras. En su cocina elaboran platos típicos segovianos como los cabritos o corderos, o como el famoso cochinillo, todo ello acompañado de alguno de los prestigiosos vinos de estas comarcas.
Es de destacar que en los alrededores del alojamiento hay la posibilidad de practicar todo tipo de deportes de aventuras, así como de realizar diversos talleres, todos ellos relacionados con la naturaleza, como el avistamiento de aves o participación en tareas agropecuarias.