Está comprobado que no desayunar perjudica tanto la salud como la línea y es que la primera comida que ingerimos en el día es mucho más importante de lo que muchas personas se piensan.
Qué no debe faltar en un buen desayuno
El desayuno es el primer “combustible” recibido por nuestro organismo tras haber estado ocho horas descansando y aún así son muchas las personas que todavía siguen consumiendo solamente un café o que lo combinan con algún hidrato de carbono pero que no realizan el desayuno equilibrado y completo que se necesita, siendo las mujeres las que más comúnmente cometemos esta equivocación pensando que el no comer nada a primera hora del día nos hará adelgazar, algo que provoca el efecto contrario además de no ser nada bueno para la salud.
Aunque la primera comida del día debería hacerse justo al levantarse, son muchas las personas que no se encuentran capaces de comer a esa hora por lo que se aconseja repartir el desayuno en dos tomas distintas es decir, a primera hora y después a media mañana.
Un desayuno que sea equilibrado deberá aportar entre unas 300 y unas 400 kcal dependiendo del gasto de energía que se vaya a tener por la mañana, así como de la constitución y de la edad de las personas y en cualquier caso deberá incluir una ración de cereales preferiblemente integrales, como por ejemplo una tostada de pan o un pequeños bocadillo, que al contener hidratos de carbono proporcionarán la energía necesaria durante toda la mañana para evitar los ataques de hambre o los temidos “bajones”.
También se debe incluir productos lácteos como un yogur o un vaso de leche que contienen proteínas y que nos asegurarán una buena parte del calcio que necesitamos para mantener nuestros huesos fuertes.
Para que el desayuno sea completamente saludable es necesario decantarse también por una pieza de fruta que se puede tomar entera o en forma de zumo.
Cuida tu salud
Un desayuno equilibrado además de ser la base para mantenernos sanas, nos ayudará a mantener algunos trastornos a raya como por ejemplo el colesterol. Tomar pan de linaza e ingerir lácteos desnatados, contribuirán a reducir en la sangre el nivel de colesterol malo.
Si por el contrario nos cuesta ir al baño es necesario que incluyamos fibra para ayudar a vaciar el intestino. Para ello deberemos elegir pan de centeno o añadir una cucharada pequeña de salvado de avena en un yogur por ejemplo y tomar un par de kiwis.
En caso de padecer de diabetes no se deben tomar más de dos piezas de fruta a la vez y si se sufre de osteoporosis hay que tener en cuenta que la leche desnatada aunque conserva su calcio, no contiene la vitamina D que es necesaria para la correcta fijación de éste en los huesos, por lo que si no se padece de colesterol y no se está a dieta, será mejor consumir leche semidesnatada o que al menos esté enriquecida con esta vitamina.