Aunque algo desordenada y caótica, la ciudad de Nápoles también está llena de vida y desprende un encanto especial. Considerada como la más poblada de todo el sur de Italia, bien merece una visita este lugar cuna de los belenes y donde siempre es Navidad, especialmente en la calle S. Gregorio Armeno, un rincón italiano mágico donde los talleres y las tiendas se amontonan y donde se elaboran y venden pesebres durante todo el año.
Muchos de ellos se encuentran inspirados en la realeza europea y en el estilo de Caravaggio. Cuarenta y nueve comercios son los que se encuentran en este entorno que vive su máximo esplendor, cómo es lógico, al acercarse las fiestas navideñas. Pero para conocer esta tradición a fondo, nada mejor que entrar en uno de los talleres.
El de Marco Fergino es perfecto. Y es que este artesano continua con la estela de su familia que empezó en este oficio en el año 1836. Entre sus figuras más populares se puede ver al Benino, el pastor dormido a quien los ángeles le anuncian la llegada de Jesús en sueños; a la donna Carmela, la panadera que simboliza la prosperidad y el pastor de la maravilla.
Es posible realizar un pequeño tour por su taller mientras que el propio Ferrigno va explicando a sus visitantes, qué es lo que hacen cada uno de sus cinco artesanos especializados que trabajan en el mismo, ya que cada uno de ellos lleva a cabo una parte en concreto del proceso con mucha paciencia y con mucho mimo.
Origen de los belenes
El origen de todos ellos se remonta hasta la Edad Media y en ellos existe una mezcla de inspiración bíblica con otras figuras contemporáneas, de tal manera que cada vez son más quienes quieren incluir una figura totalmente personalizada en sus belenes.
Estas figuras suelen medir unos treinta centímetros, costar alrededor de cuatrocientos euros y tardarse en fabricar unos quince días. Si lo que quieres es un belén tradicional de esta ciudad, ten en cuenta que habrá que esperar unos diez días mientras crean todas las piezas, y que te costará alrededor de seis mil euros.
Un paseo por Nápoles
Y después de haber conseguido todos los adornos para tu hogar, qué mejor que dar un paseo por la ciudad para descubrir su esencia. Paseado por el centro histórico te encontrarás con los barrios españoles donde podrás pasear entre sus ruidosas y estrechas calles y contemplar todo un clásico: las sábanas y la ropa tendida en sus destartalados edificios. Se les conoce así porque tiempo atrás acogieron a militares españoles.
No dejes de visitar el convento de Santa Chiara situado en la plaza del Gesu Nuovo o ir hasta la capilla de Sansevero y contemplar la escultura del Cristo Velado. Si quieres disfrutar de una auténtica pizza italiana donde Julia Roberts rodó una escena de la película «Come, reza, ama», acércate hasta L´Antica Pizzeria Da Michele, eso sí, ve con tiempo porque suele haber mucha gente.