Las dalias proceden de México, de las zonas de los altos valles en los que el terreno es arcilloso. Los antiguos aztecas usaban sus carnosas raíces como alimento, y éste era el objetivo de los españoles que la llevaron hacia Europa, pero la planta no se desarrolló de igual manera y fue dedicada entonces a fines ornamentales. Las dalias originarias mexicanas tienen una apariencia distinta, ya que sus flores no son dobles como las que estamos acostumbrados a ver en nuestro país, sino simples. De hecho, el que la planta sea doble lo consiguieron unos botánicos de Bélgica, y, actualmente, después de dos siglos de cruces y de hibridaciones, se trata de una flor que ofrece una gran variedad tanto de forma como de tamaño y color.
Efectivamente, en cuanto a su tamaño, podemos encontrar plantas de 30 cm. así como algunas que llegan a 1’20 metros. La flor es una mata densa, formada por una gran multitud de hojas, y la encontramos en una amplia gama de colores, siendo muy vistosa y atractiva, por lo cual resulta muy decorativa para nuestros jardines.
Las dalias florecen de manera abundante a partir de mediados de verano, durando el período de floración hasta la llegada de las primera heladas. Deberemos colocarlas en algún lugar en el que haya mucha luz, pero de manera que no le dé el sol demasiado directamente. Además, evitaremos las corrientes de aire.
Es muy importante, para el buen desarrollo de la planta, que esté en un suelo fértil y permeable, que se mantenga húmedo. Si crece maleza alrededor, es importante que la quitemos, y mejor si lo hacemos con las manos para no dañar la raíz. También es conveniente que le suministremos abono a partir del momento en que la plantamos, teniendo en cuenta que las plantas que midan más de 80 cm. necesitarán un aporte adicional.
Deberemos regarla con asiduidad, pero siempre evitando el encharcamiento.
Otra cuestión importante es que, cuando empieza a crecer, veremos que tiene varios brotes, que deberemos romper para que las flores salgan más bonitas.
Hemos de tener en cuenta que se reproduce a través de bulbos, por lo cual, al principio del otoño, podemos retirar los bulbos que veremos han salido alrededor del que nosotros plantamos y guardarlos en un lugar seco, con el fin de plantarlos en primavera.