Una buena opción para un fin de semana puede ser acercarnos hasta la hermosa comunidad riojana, en la cual podemos visitar algunas bodegas y localidades muy interesantes. Una de ellas es Calahorra, situada en un bello paraje en el que el río Cidacos se une al río Ebro, formando una fértil vega, causa de la riqueza de su huerta, cuyas verduras y hortalizas son de sobras conocidas por su calidad.
La localidad se halla en un entorno natural envidiable, llena de hermosos parajes como el Macizo de los Agudos o el Pantano de Estanco-Perdiguero, actualmente habilitado como zona recreativa, con un espacio destinado al baño y en el que incluso podemos ir a comer, ya que hay todo los necesario para los pic-nics.
Y hablando de entornos, no debemos dejar de visitar su Parque de Cidacos, cruzado por el río que le da nombre. Es el punto de partida de la conocida Vía Verde, y paseando por él descubriremos rincones muy hermosos.
El patrimonio histórico de Calahorra tampoco se queda atrás, y podremos contemplar en ella la huella de la historia, admirando su Catedral o alguna de sus numerosas iglesias, sus vestigios de la época romana o alguna de sus estatuas, entre ellas la más carismática, la de La Matrona, un verdadero icono para la población.
Calahorra sustenta su economía en los productos de su huerta, así como en la industria conservera que se ha levantado en torno a ella. En este sentido, no deberíamos dejar de visitar su curioso Museo de la Verdura.
Su gastronomía se basa pues, como es lógico, en todos estos prestigiosos productos, espárragos, alcachofas, tomates, pimientos, y demás, que combinan con sus excelentes carnes, especialmente con la de lechal, elaborando, en una sabia combinación, excelentes guisos. Destacan también algunos de sus dulces, como las magdalenas y los mantecados.