Hace poco tiempo, fueron lanzadas al mercado dos vacunas que previenen el contagio del virus HPV (papiloma humano, dicho de manera más difícil).
Esta enfermedad produce verrugas genitales, de las cuales dos tipos de ellas pueden llegar a derivar en cáncer de cuello de útero.
El inicio sexual precoz, el tabaquismo, el consumo de anticonceptivos orales y otras enfermedades de transmisión sexual son otros factores que pueden favorecer el desarrollo de dicha enfermedad.
¿Para quienes es la vacuna? En un principio está destinada a las mujeres de entre 9 y 26 años, pero se está viendo de extender el tratamiento a las mujeres de hasta 45 años. En Argentina por ejemplo, la vacuna se aprobó hace más de un año, bajo el nombre de Gardasil, y protege contra cuatro de las variedades de virus que son las responsables del 80% de los cánceres de cuello de útero. La otra vacuna, de nombre Cervarix, protege contra dos de los tipos de virus, que son los causantes del 70% de los casos de dicho cáncer.
Aplicación: Para que las vacunas sean efectivas, es necesario hacer 3 aplicaciones en un plazo de 6 meses entre la primera y la última dosis. Cada dosis de Gardasil tiene un precio cercano a los U$S 330, lo cual coloca a dicha vacuna en los primeros puestos del ranking de las más caras de la historia. La Cervarix tiene un costo de U$S 130 por dosis, lo cual la hace un poco más accesible con respecto a la anterior. De más está aclarar que para la aplicación de cualquiera de estas vacunas, es necesario recurrir al médico para que las prescriba.
Algunos datos del cáncer de cuello de Útero:
- El PAP y la colposcopía, realizados una o dos veces por año, son la manera más efectiva de controlar la aparición de esta y de otras enfermedades de transmisión sexual.
- Según ciertos especialistas, no es grave que una mujer padezca el HPV, sino que no se haga los controles necesarios para diagnosticarlo.
- En algunos casos, el virus provoca verrugas en los genitales que se curan fácilmente, pero en otros casos, si no se diagnostican a tiempo, pueden derivar en cáncer.
- El virus se encuentra en la piel del pene de muchos hombres, generalmente sin síntomas, y también puede contagiarse entre mujeres al compartir ropa interior o por estar en contacto con material ginecológico mal esterilizado.
- En Argentina, sólo el 25% de las mujeres se realiza los exámenes ginecológicos correspondientes para control, mientras que en Europa el porcentaje sube al 80%.