El hecho de que una mujer escuche del hombre que la ama un «ya no te quiero» puede llegar a ser muy doloroso y es necesario enfrentarse a nuevas etapas en las que sola tendrá que entender que no puede vivir con humillaciones y maltrato a costa de un amor enfermizo. Es la incógnita que pueden tener muchas chicas ante la inseguridad de que los sentimientos de su pareja cambie, pero es algo que puede pasar en cualquier momento y hay que estar listas para que el daño no sea tan agresivo y para poder superar ese pensamiento de que si ellos no están no se puede seguir viviendo.
Ese sentimiento o situación se puede evidenciar por diversas razones por ejemplo los malos tratos, la violencia, el hablado grosero y agresivo, la frialdad y falta de cariño, la indiferencia o exclusión de toda actividad o incluso el abuso sexual pero por ganas o porque sentirse más hombre que por amor o por pasión pero para las mujeres es tanto el amor que les tienen a estos “caballeros”, soportan todo lo que les venga.
Lo primero es aceptar que no se debe sacrificar de semejante manera porque ya no es amor y segundo empezar a mentalizarse de que si se puede vivir si esa persona así no se sepa que hacer si ya no las aman igual. El desamor es tal vez la etapa más compleja y el escuchar del supuesto príncipe azul esa frase de un “no te amo” o “no te quiero” es lo mas desastroso, porque lo primero que se piensa es que hay otra mujer de por medio y que es casi imposible recuperar ese sentimiento.
La forma más rápida y común de afrontarlo por parte de una mujer es por medio de los ruegos, las suplicas y las lagrimas, algo que poco o nada convence a los hombres, incluso se siente una esperanza en la que se hace una negación en la cual se repite constantemente que solo puede ser una confusión en la cabeza de él, de que tal vez la otra chica lo enredo o de que es una etapa que se vive pero que rápidamente se supera.
Un error es prometerles que se será de otra manera, que por él se cambiará y se bajará el cielo y la tierra y es que no se dan cuenta que están involucrando su forma de ser, sus pensamientos, su esencia y demás aspectos que la hacen única solo con la intención de “amarrar” a un hombre, pues si ya no hay amor, ya no existirá una relación mutua sino una especie de compromiso obligado.
En este punto ya hay que pensar en si misma, no hay que pensar en el hombre sino en la reputación propia, en que se será una mujer que prefiere aguantar toda clase de maltratos y humillaciones antes que tomar una decisión por más dura que sea.
Los deseos y los sueños no hay que dejarlos en manos de un hombre que ya no sienta nada y que por el contrario quiera hacer daño. Tristemente si se crea una reputación de este estilo, podrán venir muchos hombres después de este, que llegue con las mismas intenciones: hacerla sufrir y aprovecharse sus buenas intenciones y sentimientos.